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Laboratorios de la nueva educación. En el centenario del Instituto Escuela. Sede de la ILE. (c/ Martínez Campos, 14 ). Hasta el 1 de marzo

100 años de Instituto Escuela. El futuro de la educación era hace cien años.

En pleno siglo XXI la educación está inmersa en una gran revolución que pone en entredicho postulados que se venían arrastrando los últimos cincuenta años y se convierte al alumno en protagonista de su propio aprendizaje, a través de nuevas metodologías.

¿Y si el futuro ya existiera hace cien años.? Este es el interrogante que se nos plantea en esta exposición “Laboratorios de la nueva educación. En el centenario del Instituto Escuela”  que se celebra en la sede de Martínez Campos del ILE (Instituto Libre de Enseñanza) hasta el 1 de marzo.  Quizás podamos responder a la pregunta, o no,  pero lo que es seguro es que supone una magnífica ocasión para acercarse a uno de los proyectos educativos más pioneros y ambiciosos del siglo XX.

Recordemos un poco los orígenes de la  Institución Libre de Enseñanza, en cuyo seno nació el Instituto Escuela. Surgiría en plena Restauración Borbónica, en 1876, a raíz de la prohibición de la libertad de cátedra (Decreto Orovio) del gobernante conservador Antonio Cánovas del Castillo. En aquel año un grupo de profesores liderados por Giner de los Ríos y Azcárate,  a modo de objeción de conciencia, fundaron la ILE.

Dicha Institución tuvo entre sus alumnos a cuatro Premios Nóbel: Santiago Ramón y Cajal, Severo Ochoa, Juan Ramón Jiménez y Vicente Aleixandre. Además fue lugar de encuentro de García Lorca, Buñuel, Alberti, Salinas, y entre sus directivos contaron nombres como Gregorio Marañón, Ortega y Gasset, Joaquín Sorolla, Menéndez Pidal, o Joaquín Costa. Alrededor del ILE, en apenas cincuenta años, nacieron La Residencia de Estudiantes, Las Misiones Pedagógicas, La Universidad Internacional Menéndez Pelayo…Y EL INSTITUTO ESCUELA.

El Instituto escuela fue impulsado para modernizar la sociedad española a través de la educación y la ciencia. Fue un auténtico “laboratorio “, que tuvo sus réplicas en el Grupo Escolar Cervantes y los Institutos Escuela de Barcelona, como puede verse en la abundante documentación gráfica de la exposición.

Comenzó su corta andadura de apenas dieciocho años,  desde 1918, hasta el estallido de la Guerra Civil en 1936,  en la calle Miguel Ángel, una sede cedida por la Junta de Ampliación de Estudios. A pesar de las estrecheces económicas de la dictadura de Primo de Rivera, pudieron contar más adelante con dos nuevos edificios: en los llamados Altos del Hipódromo (actual Instituto Ramiro de Maeztu) y en el Retiro (actual Instituto Isabel la Católica) y tener su máximo esplendor en los años de la Segunda República, años en los que ya desarrollaron todo tipo de actividades: viajes al extranjero, colonias de verano internacionales, un coro, representaciones teatrales (La pájara Pinta de Alberti), deportes, o la creación de La biblioteca del Estudiante, de Menéndez Pidal.

Instituto-Escuela 1933

Instituto escuela 1933

El Instituto Escuela organizó su plan de estudios siguiendo las ideas educativas de Giner de los Ríos: educación como un todo, diferenciando etapas y dando mucha importancia a la primaria; establecer una relación de respeto y afecto entre profesores y alumnos, y respeto al entorno humano y natural, además de afición al trabajo, y estimular el sentido estético.

¿Y qué tipo de ciudadanos pretendían crear a partir de esta nueva forma de educar? Ciudadanos críticos y creativos, en nuevos espacios educativos que desarrollaran su vida personal, en contacto directo con la naturaleza y con las artes. De nuevo pudiera parecer que estuviéramos hablando de alumnos de nuestro siglo actual.

Los alumnos no tendrían libros de texto, crean sus propios cuadernos y apuntes que les hacen ser protagonistas de su aprendizaje, convirtiéndose los maestros en guías. Observamos cuadernos de ciencias, con sus ilustraciones, mapas, dibujos, cuadernos de geometría se despliegan por las tres salas de la muestra, en la que encontramos, a modo de apoyo  de la imágenes,  una serie de frases que ilustran muy bien el espíritu del Instituto Escuela, y que nosotros usamos y entrecomillamos, algunas radicales:

“O educación o exámenes”.

Y otras defendiendo esta nueva pedagogía:

cuaderno de geometría

El centro de la nueva educación está en el estudiante, el aprendiz…lo que él mismo construye”

María de Maeztu, pedagoga y humanista, que formó parte de la junta directiva del Instituto Escuela, defendía que “El estudiante deja de ser mero receptor de la verdad. Su obra es activa; su función intelectual, activa”

En el momento actual, siglo XXI, la educación emocional forma parte ya casi obligatoria de los currículos educativos en los centros, y en esta línea leemos (de hace 100 años):

“Asociar aprender con disfrutar…la emoción como factor decisivo ..aprender a aprender”.

“La emoción como factor educativo, emoción estética, de placer, de bienestar.”

El alumno del Instituto Escuela aprende la realidad en contacto con ella, manipulando, investigando, observando, creando, y convierte esa realidad en conocimiento en el aula.

Toman protagonismo el deporte, el juego, las actividades al aire libre, las visitas a museos…y sobre todo, el diálogo y la cooperación entre alumnos y entre maestros y alumnos.

descarga

El Instituto Escuela da mucha importancia a la formación de los profesores, como se aprecia a lo largo de la exposición: “Gastad, gastad, en los maestros”, este Instituto Escuela será el germen de unos maestros, y maestras, sobre todo, que ejercerán en la Segunda República, que fueron perseguidos (la misma María de Maeztu morirá en el exilio),  por el franquismo, y represaliados y depurados por esta nueva forma de ver y entender la educación.

Pero volvamos a la exposición,  y a las frases de las paredes de las salas, que muestran esta escuela diferente que ofrecía una educación integral:

Enseñar a vivir, no meramente a pensar y estudiar”.

Y que sigue al pie de la letra los principios de uno de los fundadores de la ILE, Cossío:  “Trabajo intelectual sobrio e intenso; juego corporal al aire libre; larga y frecuente intimidad con la naturaleza y el arte; absoluta protesta contra el sistema corruptor de exámenes, de emulación, de premios, de castigos; vida de relaciones familiares, de confianza entre maestros u alumnos: son las aspiraciones ideales y prácticas a que la Institución encomienda su obra” (1908).

A lo largo de las salas aparece material escolar elaborado por los alumnos, alumnos curiosos de por sí, “El niño tiene afán vivísimo de aprender y solo cuando pretendemos enseñarle aquello que a él no le interesa es cuando cesa de preguntar”.El plan de estudios del instituto escuela incluía una cantidad y variedad considerables de trabajo manual (cartón, papel, madera, bordado, costura, cerámica, modelado), de este modo se combinan mente y mano.”…. a hacer, solo se aprende haciendo”( Cossío, de nuevo). Los alumnos deben manipular para entender las leyes de la materia.

Uno de los objetivos de la institución era el contacto con el arte. Y la muestra que nos ocupa ofrece una serie de obras de arte, muy  curiosas y certeras.  Destacan objetos artísticos en la exposición como el abecedario de madera de Torres García, o los dibujos de la Escuela de Vallecas (Alberto Sánchez, Benjamín Palencia) , que mezclan lo culto y lo popular, al igual que Giner y Cossío; dibujos de Rafael Alberti par los libros de Maria Teresa León y el estreno de su obra La pájara Pinta, o dibujos de Calder, Ferrant, Picasso, Francisco Bores o del mismo García Lorca.

El hombre educado no es el que sabe, sino el que sabe hacer y transporta mediante la acción, la vida a las ideas,

La gimnasia y los juegos son también medios de educación social, cobran especial importancia en el Instituto escuela, al aire libre “Rompamos los muros de la clase, ..al campo…”

escuela al aire libre. 1916.

La mejor escuela es la sombra de un árbol”

“Un día de campo vale mucho más que un día de clase”.

 

En esta época de finales del siglo XIX y principios del XX la arquitectura escolar tuvo un gran auge. Los alumnos necesitan un ambiente de bienestar , luz, aire, y espacios ventilados. La arquitectura escolar se convierte así en una disciplina que mejora todas las instalaciones educativas: soleamiento,  ventilación de las aulas, creación de lugares de uso común, biblioteca, comedor, gimnasio, salón de actos, que, además deben aspirar a ser bellos.

Con el estallido de la Guerra Civil se pone fina la Institución Libre de Enseñanza y a todo lo que con ella se relaciona, incluido el Instituto escuela de tan corto recorrido. Pero en los años cuarenta, como discreta forma de supervivencia de las ideas del Instituto Libre de Enseñanza, lo vemos en la creación del Colegio Estudio (una fundación casi familiar, en la misma sede de la calle Miguel Ángel, para pasar más adelante a Aravaca, donde está actualmente), de la mano de  Jimena Menéndez Pidal y otras profesoras del Instituto Escuela. En otro orden de cosas, el colegio Estilo, fundado por Josefina Aldecoa, también seguirá esta línea educativa, laica y tolerante.

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Comentarios (1)

  • Avatar

    Isabel Zamorano

    |

    Perfecto el comentario de la exposición.Confiemos en poder llevar a la práctica con todos nuestros alumnos los métodos de la ILE,aunque sea con un siglo de retraso.

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