Víctor Vasarely (Pècs, 1906- París, 1997), húngaro de nacimiento, afincado en Francia, es conocido como el padre del Op-Art, o Arte Cinético. Sus cuadros van más allá de los lienzos, lo ocupan todo, su arte tenía que llegar a todos, democratizarse. En la década de los sesenta se hizo famosa esta tendencia artística, encuadrada en la abstracción geométrica, e influyó en la moda, el diseño y la publicidad: camisetas, vajillas, carteles que inundaron todo, consiguiendo, al igual que Andy Warhol, con el Pop Art, estar en todas partes y en todos los formatos, integrar el arte en la sociedad. Y ser un auténtico fenómeno mediático, como lo define Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen Bornemisza, que recoge esta muestra de 88 obras y dos películas.
Tras dejar la carrera de medicina, Vasarely se formó en una escuela que seguía la Bauhaus (Escuela Mülhely de Budapest) donde aprendió las gráficas modernas. Se trasladó a París en la década de los 30, donde comenzó a trabajar como grafista. Ya en las primeras etapas de su obra se interesó por los problemas formales del arte abstracto geométrico, y por la obra de autores como Mondrian, Malevich, o Van Doesburg, entre otros. Comenzará su inquietud por la observación de la luz y por la geometría, lo que le conduce a llevar a cabo investigaciones ópticas.