NORMAN FOSTER
DESDE LA TECNOLOGÍA PUNTERA HASTA LA PREOCUPACIÓN POR LA SOSTENIBILIDAD DE NUESTRA SOCIEDAD. Por Pedro Villahermosa.
Los primeros trabajos de Foster marcaron un hito en la arquitectura, eran los años setenta, cobraba fuerza el movimiento arquitectónico High Tech en Europa y Estados Unidos, un tipo de arquitectura que ocupaba el sitio del Movimiento Moderno, retomando parte de sus postulados pero confiando en la tecnología y los nuevos materiales como el modo de resolver los problemas de la sociedad en materia de arquitectura. Foster se erigía junto a Richard Rogers en la estrella de dicho Movimiento.
La Fundación Telefónica en su sede de Gran Vía, plantea ahora un acercamiento a las últimas obras de Foster , (Norman Foster. Futuros comunes) poniéndolas en dialogo con otras de sus primeros años. Muchas veces los principios técnicos son iguales, el respeto por la tradición popular, por las construcciones funcionales, por el detalle arquitectónico, que explora desde los fundamentos orgánicos hasta la última tecnología, pero se observa una evolución constante desde el objeto arquitectónico hacia su integración en la ciudad, en el entorno inmediato, incluso por su finalidad como elemento capaz de transformar la sociedad a todos los niveles.
Una transformación de la sociedad que se incuba en la propia naturaleza de sus encargos, un estudio que ha pasado de una sencilla sociedad con su primera esposa, hasta un despacho inmenso, que en algunos momentos ha tenido más de 1400 personas, la máquina perfecta para producir algunos de los edificios más emblemáticos y grandes del mundo.