Atención al cliente info@onlyartravel.com | OPINIONES
Viajes y visitas guiadas  de arte

¡Suscríbete!

Caravaggio y los pintores del norte, en el Museo Thyssen. (21 junio-18 setiembre 2016)

La ocasión de ver en Madrid, en el Museo Thyssen, este verano de 2016, tantos caravaggios juntos, provoca una intensa emoción. Caravaggio y los pintores del norte reúne 12 obras del artista lombardo  procedentes de lugares muy distantes: desde el Metropolitan de  Nueva York a Roma, desde  Florencia (Galería degli Uffizi),  a San Petersburgo (Ermitage) o el Rikjsmuseum de Amsterdam , además de colecciones privadas, a las que es más difícil acceder, lo que lo convierte en una ocasión única. La exposición consta  de un total de 53 obras,  completada por una selección de sus más destacados seguidores de Holanda, Flandes y Francia)

                    Michelangelo Merisi, denominado Caravaggio (por el nombre de la localidad al norte de Italia de donde procedía su familia), nació en Milán, en 1571, donde se formó en la pintura manierista, aprendiendo sobre todo de los pintores venecianos.

              La exposición recibe al visitante con los inicios de la obra en Roma, con dos obras similares: Muchacho mordido por un lagarto y Muchacho pelando fruta, donde ya se advierte la fuerza de los personajes, jóvenes, muy sensuales, un tanto femeninos y de mirada provocadora. Venía de ser un pintor de flores y frutas, aprendiz de un pintor de segunda fila, y por fin en Roma pudo comenzar a expresar sus verdaderas obsesiones. Es en esta ciudad, en la que trabaja de 1592 a 1606, donde rechaza de manera frontal el idealismo del Renacimiento, con copias directas del natural, figuras y formas vigorosas, realistas ante todo, y con su característico contraste de claroscuro, el denominado tenebrismo. Había llegado a Roma sin apenas medios y acabó convirtiéndose en el pintor más solicitado de Roma. Dedicado casi plenamente a la pintura religiosa, reflejo de la mentalidad de la Contrarreforma, le harán famoso obras como La crucifixión de San Pedro, La vocación de San Mateo o La muerte de la Virgen.

                  Volviendo a la exposición del Museo Thyssen, Los músicos (1594-95), de Nueva York, esperan inquietos, intentando atraer la atención del visitante con las notas que salen de sus instrumentos. Son jóvenes sacados de la realidad más cercana al pintor, pero que se confunden con ángeles, si bien el idealismo renacentista ya se ha dejado de lado. Se trata de una obra encargada por su mecenas, el cardenal del Monte, (al igual que Santa Catalina, también en la exposición).

                  A Caravaggio le gustaba obtener los protagonistas de sus obras de las calles de Roma, en la que vivió tanto tiempo y en la que triunfó como artista y fracasó en su vida. Lo demuestra en La buenaventura , de 1594-96, una composición más compleja que nos llena de luz, que resplandece desde el fondo del lienzo, para rodear una escena picaresca, real como la vida misma.

La Buenaventura-3

La Buenaventura. (Musei Capitolini, Roma)Detalle.

             Las arrugas del rostro de Abraham de El sacrificio de Isaac, es la siguiente visión al atravesar las salas. Su fe le lleva a aceptar incluso el sacrificio de su hijo. El rostro refleja la humanidad y abnegación del padre, que acepta las órdenes de Dios, y que contrasta con el terror de Isaac, que, en su inocencia, no comprende lo que hace su padre. Un paisaje, poco frecuente en Caravaggio, acompaña esta magnífica muestra de la religiosidad de la Contrarreforma, de la que es representante el pintor barroco.

El sacrificiode Isaac-2

El sacrificio de Isaac. (Galeria degli Uffizi, Florencia) Detalle.

              Sus temas son siempre trágicos, apelando al castigo, a la tortura de los que lleven su fe a sus últimas consecuencias. Santa Catalina aparece en esta sala recordando a los primeros cristianos que aceptan su destino con sumisión, rodeada de sus instrumentos de martirio, e interrogando a los que posan la mirada en ella.

          Todavía quedan sorpresas en las salas, San Juan Bautista en el desierto y San Francisco en meditación, este último siempre tan austero, con el que se identifica el pintor y hace que sintamos la rugosidad de su sayo. Esta actitud de meditación se relaciona con la propia autobiografía del pintor, ya que es en este momento cuando tiene que huir de Roma por haber asesinado a Ranuccio Tomassoni, en una reyerta. Serán Nápoles, Malta y Sicilia los siguientes lugares de destino, siempre envuelto en escándalos y acechado por sus enemigos.

           Antes de llegar al final de las obras de Caravaggio, le queda una sorpresa al visitante: El sacamuelas, cuadro poco característico de un pintor dedicado casi exclusivamente a lo religioso,en el que muestra tipos populares, absolutamente vulgares, y con la carga psicológica que siempre les daba, y la técnica de iluminar a los personajes que le caracteriza.

        Su último cuadro, El martirio de Santa Úrsula, es una muestra más del tenebrismo que caracteriza a Caravaggio, rodeada de las más oscuras penumbras que a su vez poblaban su propia vida, llena de violencia, sobresaltos y en constante huida. Este pintor de vida efímera murió en Porto Ercole en 1610 , a los 37 años de edad, de disentería y de la maldición de su temperamento, dejando una obra escasa, apenas cuarenta pinturas.

             A nadie deja indiferente la obra de Caravaggio, que consigue que nos estremezcamos, que amemos o que repudiemos las imágenes que nos ofrece, Y así les sucedió a los pintores de la época, muchos de los cuales pasaban por Roma y se ponían en contacto con la obra de ese pintor tan famoso llamado Caravaggio. Su admiración contribuyó a la difusión de la obra del gran artista barroco italiano.

              El Museo Thyssen ha hecho un gran esfuerzo expositivo a la hora de relacionar las obras de los seguidores holandeses, flamencos y franceses ( Dirk van Baburen, Hendrick Ter Brugghen, David de Haen y Gerrit van Honthorst, Nicolas Regnier y Louis Finson o Simon Vouet, Claude Vignon, Nicolas Tournier y Valentin de Boulogne) con obras del propio Caravaggio (reproducciones de pequeño tamaño, que, aún así, siguen resplandeciendo frente a la obra de pintores muy afamados en su tiempo y fascinados por la traza caravaggesca).

VanHonthorstAlegreCompania_GRND.jpg_369272544

Gerrit van Honthorst. Alegra compañía. 1622

         La coincidencia de esta exposición en Madrid con la celebrada en el Palacio Real, De Caravaggio a Bernini, da a los visitantes la oportunidad de disfrutar doblemente de la obra de este pintor barroco italiano, del que hay escasa obra en España.

Anap.onlyartravel

"Trackback" Enlace desde tu web.

Comentarios (0)

  • Avatar

    Joserra

    |

    Qué pena no haber tenido estos estupendos comentarios antes de visitar la exposición.

    El último cuadro del artista me resultó impactante.

    Reply

Deja un comentario




info@onlyartravel.com
Contacto
Opiniones