Las Edades del Hombre 25 años: LUX. Burgos, Carrión y Sahagún. Hasta diciembre 2021..
Coincidiendo con el VIII centenario de la Catedral de Burgos y el Año Jacobeo, se celebra en tierras castellanas una nueva edición de Las Edades del Hombre: Lux. Fe y arte en la era de las catedrales, 1050-1550. Serán cinco sedes, una en Burgos, la catedral, dos en Carrión, Santa María del Camino y Santiago y dos en Sahagún, Santiago y la Peregrina. La muestra contiene el arte sacro de cinco siglos, en los que se levantaron las grandes catedrales en España. Y hace alusión a esa luz que dominó dichas catedrales, sobre todo en el Gótico, a partir del siglo XII (Lux Mundi, metáfora de Dios como luz del mundo). El tema es la Iglesia Universal, formada por la Iglesia militante en peregrinación, la Iglesia Doliente que ya ha dejado este mundo y está a la espera de la Luz definitiva y la Iglesia Gloriosa, que ya ha alcanzado la salvación.
Siempre es una buena excusa acudir a esta cita anual para contemplar arte sacro que, de otro modo, no disfrutaríamos, por proceder de todos los rincones de dicha tierra, a veces pequeñas parroquias de pueblos en los que nunca hemos parado. Una ocasión además, para seguir los pasos del Camino de Santiago en uno de sus tramos más auténticos.
A partir del año mil el arte se produce una renovación de las iglesias, y a la par una auténtica revolución en el arte, primero plasmada en el Románico, alcanzando su auge en el Gótico, en especial en la zona del Camino de Santiago, y en concreto en Castilla León. Es un momento de crecimiento demográfico, económico, social y cultural, hasta la peste y crisis del siglo XIV. En medio del predominio del mundo rural, comenzará en los nacientes burgos un Tiempo de catedrales, muchas de ellas dedicadas a la devoción de María, como precursora y mediadora. Una sociedad con más movilidad gracias a las peregrinaciones, desarrollándose a partir del mencionado año mil los diferentes Caminos de Santiago. Los reyes protegerán y apoyarán estas zonas de camino a la tumba del sepulcro, y convertirán muchas iglesias en panteones reales.
Suele ser una selección desigual, con pequeñas joyas que de otro modo pasarían desapercibidas y obras que podríamos considerar muy locales y de menor categoría artística. Pero no por todo ello es menos interesante acudir una vez más a las Edades del Hombre y dejarse sorprender, además de conocer las ciudades en las que se albergan las exposiciones, y los paisajes, en este caso otoñales, que hay que recorrer para llegar a ellas. Todo un disfrute de los sentidos y una forma de cultivar el intelecto y el espíritu.
Burgos nos recibe con aire gélido, en este año que es ciudad jubilosa por la celebración de los 800 años de la catedral, que comenzó a construirse en tiempos de Fernando III en 1221, a instancias del Obispo Mauricio (ocupando el lugar del templo románico). El nombre de la muestra, Lux, va muy bien con esta catedral, imponente, primera del gótico español, junto con León y Toledo. Para hacer honor a este insigne aniversario es mejor dejarse tentar por una visita previa a la catedral, entrar por la Puerta del Sarmental, auténtica biblia en piedra e introducirse en el magnífico templo gótico, sin olvidar la visita a la Capilla del Condestable, y La Escalera Dorada de Gil de Siloé.
Y a lo que hemos venido…visitar la exposición de las Edades del Hombre, seguir los recorridos fijados en capítulos para poder disfrutar de arte sacro, no con mucho recogimiento, debido a la cantidad de gente que nos rodea. Llama la atención la vidriera que se ha convertido en imagen de la exposición, La Asunción de la Virgen, del Convento de las Úrsulas de Salamanca, tallas románicas y góticas, así como el retrato en alabastro del Cardenal Cisneros y las imágenes orantes de los Reyes Católicos (ambas de Felipe Bigarny). El códice de la Summa Theologica de Tomás de Aquino, y algunos planos originales de las catedrales, contribuyen a aumentar nuestro conocimiento y sorpresa a la vez.
Ya casi en el último capítulo de la catedral, Maiestas Domini, un Cristo crucificado tallado en madera, procedente del Burgo de Osma requiere una atención especial, como también una arqueta relicario de un taller de Limoges.
Burgos bien merece nuestra atención, quedarse una noche, y completar la estancia con un recorrido por la calle de la Paloma y aledaños, llenos de burgaleses y foráneos con ganas de sol y tertulia. Y completar con una visita guiada vespertina a Las Huelgas, monasterio real que sorprende por su riqueza y buena conservación, que es un recorrido al fin y al cabo por la historia de España (saqueo napoleónico incluido).
Y espera Carrión, donde se comienza a ver peregrinos, que alegran el lugar, pues en pleno invierno una piensa que los caminos no son amables. Carrión de los Condes, cuna del Marqués de Santillana, que nació en esta localidad allá por finales del siglo XIV. Es una ciudad que nace al albur del Camino, que crece con él, que se alimenta de él. La recoleta Santa María del Camino y la Iglesia de Santiago, que nos instruye como peregrinos con sus magníficos relieves románicos del friso exterior (con el Pantócrator y el Apostolado) completan el recorrido de Lux en esta ciudad
En ambas sedes encontramos pequeñas joyas del arte sacro, todas dedicadas a la devoción de la Virgen María, por ejemplo las que encontramos de la mano de Pedro y Alonso Berruguete, o de Juan de Juni, o de Felipe Bigarny. Se ven tan de cerca que se eriza la piel contemplando esas maderas labradas y policromadas, esos óleos renacentistas, todavía con alguna traza gótica, todos ellos respirando devoción y buen hacer de los artistas. Antes de abandonar la Iglesia de Santiago vemos una imagen poco frecuente, La muerte de José, en una época en la que el Papa Francisco está queriendo poner en valor su figura (talla de madera policromada, procedente de Benavente).
Y por último nos espera Sahagún, otra tierra de peregrinos, pequeña localidad, más adusta, más sobria, tierra del mudéjar y por lo tanto donde reinan las construcciones de ladrillo como la imponente San Tirso. Contendrá nuevas sorpresas junto con el santuario de la Peregrina, continuando la devoción a María en escenas como las Bodas de Caná de Fernando Gallego o la Piedad de Morales el Divino. Destacamos dos obras contemporáneas (otras se han ido incluyendo a lo largo de toda la muestra), una Piedad del artista zamorano José Luis Alonso Coomonte, en madera, hierro y cobre y un retrato, de Juan Pablo II como peregrino nos sirve de despedida de este periplo tan sugerente. Con pena de abandonar tierras leonesas.
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